El año del diluvio · Memorias NILSA

Memorias Nilsa 2011
Río Ebro a su paso por Tudela

El año del diluvio

En 1992, el escritor Eduardo Mendoza publicaba una obra de argumento histórico -social y político- en la que la naturaleza irrumpía con fuerza ciclópea a través de una impresionante riada. La tituló El año del diluvio y a ella nos hemos acogido para explicar que 2011 fue un año duro, afanoso y de preocupación por la crisis económica. NILSA mantuvo sus estándares de trabajo, pero reconocemos que la situación general no fue buena y que, precisamente por vivir inmersos en una crisis, procuramos esforzarnos más que nunca para seguir prestando los mismos servicios, con idéntica calidad, pero intentando rebajar los costes, maximizar la eficiencia energética y optimizar los recursos.

En nuestro caso, a diferencia de la novela de Mendoza, la naturaleza no ha resultado fatalista y no hemos tenido que lamentar ningún episodio grave: ni inundaciones, ni vertidos incontrolados, ni riadas. No obstante, hemos seguido lidiando con cuestiones relacionadas con la falta de respeto que todos tenemos, muchas veces aún sin querer, con el medio ambiente. Diferentes depuradoras se han visto ralentizadas por la llegada de objetos que nunca deberían haber terminado en las tuberías o por contaminación que podía haber sido evitada. Para que cada vez tengamos mayor conciencia, este año incidimos -una vez más y sin pretender ser machacones, pero sin echar al olvido- en la educación ambiental. Para ello hemos elaborado una lista de consejos, una pauta de actuación, en el apartado correspondiente de esta memoria. Ojalá el año que viene podamos dar cuenta de buenas noticias, de buenas prácticas generales.

Mientras, damos cuenta a toda la ciudadanía navarra -que es la que paga el canon de saneamiento, que nos permite funcionar, trabajar y existir-, de cómo hemos funcionado en 2011. Para ello, hay que decir que de los 636.924 navarros censados en 2010, 623.428 han contado con sistemas de depuración para sus aguas residuales en 2011, lo que supone que tan sólo el 2,16% sigue sin un tratamiento. Trabajamos para dotar a este mínimo porcentaje de las infraestructuras adecuadas, pero los proyectos son largos y las inversiones, costosas, por lo que vamos avanzando poco a poco. En cualquier caso, el agua no tratada de estos habitantes supone 2.024 metros cúbicos diarios, frente a los 190.000 metros cúbicos diarios depurados como media.

Navarra cuenta en la actualidad con 37 instalaciones biológicas para pequeñas poblaciones (el año pasado trataron 1.016 metros cúbicos diarios en total), con 99 depuradoras de doble etapa (que trataron 174.717 metros cúbicos diarios) y con 19 grandes depuradoras (que sanearon 10.663 metros cúbicos diarios). Además, existe casi medio millar de pequeñas fosas sépticas y tanques imhoffs, distribuidos por toda la geografía navarra, en núcleos dispersos y de escasísima densidad de población, que trataron una media de 4.426 metros cúbicos diarios en total.

En cuanto a la inversión necesaria para que la depuración navarra sea efectiva, cabe destacar que el área de Operación y Mantenimiento de las instalaciones tuvo una asignación de 10.086.963 euros durante 2011, frente a los 9.894.666 euros invertidos en 2010. Sin embargo, esta cifra sigue siendo menor a las de años anteriores: en 2009, Operación y Mantenimiento gastó 10.162.945 euros y el año anterior, en 2008, la cifra fue de 10.809.635 euros.