Es tiempo de hechos · Memorias NILSA

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ES TIEMPO DE HECHOS

En 2013 NILSA no experimentó grandes cambios, lo que constituye una buena noticia entre los vaivenes que propicia la crisis. Seguimos trabajando en la depuración del agua residual con el mismo número de personas y manteniendo la programación estratégica presentada en 2012. También mantenemos uno de nuestros objetivos permanentes: optimizar costes. Cada año lo vamos consiguiendo. Además, el volumen de agua depurada lleva una tendencia a la baja porque el consumo es menor, lo que supone menos gasto.

En cualquier caso, el objetivo final es la eficiencia en la gestión de los recursos. Nada que no se haya dicho ya en múltiples entornos, con más o menos solidez, aunque en nuestro caso procuramos que las palabras estén avaladas por los hechos. Es tiempo de ellos: de actuaciones concretas, de resultados visibles, de transparencia en los datos, de saber quién hace qué el día a día.

Podría extenderme en las palabras: en el buen hacer en tal y cual, en cifras de gestión o en ideas que suenan muy bien y que, por desgracia, luego se demuestran irrealizables. Pero no lo haré porque esos caminos están ya demasiado trillados para todos. Tengo la sensación de que nadie quiere ya más palabrería, sino la verdad desnuda de la realidad.

NILSA sigue avanzando con su forma de hacer las cosas, es decir, su cultura corporativa. Trabajo en ella desde su creación, en 1989, y soy gerente de la misma desde hace 18 años, desde 1995. Me consta que en este tiempo ha ido mejorando, pero ha mantenido el espíritu con el que fue creada: vocación medioambiental, liderazgo en la gestión, referentes europeos y los pies en la tierra.

Espero que el proyecto y las 36 personas que lo componen se mantenga sin cambios de rumbo porque merece la pena la singladura emprendida y está comprobado que enriquece a Navarra. En estos 24 años, nos ha regalado excelentes datos, realidades muy tangibles, porcentajes admirables y buenas perspectivas. En nuestra mano está mantener lo que funciona y ampliarlo. Se trata de ser constructivos y continuistas desde la perspectiva del realismo y la buena praxis.

Es tiempo de hechos. Aquí estamos para contribuir a ellos. Como lo hemos hecho en el último cuarto de siglo.