Gestión de lodos · Memorias NILSA

Gestión de lodos

La depuración del agua residual tiene una derivada que NILSA tiene en cuenta desde hace años: los lodos o fangos resultantes. Por eso, en 2015 sometimos a un tratamiento de higienización -doble tratamiento termófilo o digestión anaerobia mesófila para quienes busquen precisión y ciencia- el 85% de los fangos producidos en las instalaciones que operamos. Es imprescindible hacerlo porque gran parte de estos lodos, tras un proceso adecuado, termina aplicándose en la agricultura. 

Por este motivo, toda esta materia (gestionada con el código LER 190805 como "lodos de tratamiento de aguas residuales urbanas") conlleva análisis periódicos. La frecuencia analítica es bianual para depuradoras que dan servicio a poblaciones de más 5.000 habitantes, y anual  para las de menor rango de población.

En este sentido, también hemos de decir que analizamos no solo los lodos para aplicación agrícola, sino también los que son trasladados a centros de tratamiento, de forma que queda garantizada la no dilución, por lo que el proceso es completo y está perfectamente auditado en todos los casos. Si aún así, en un momento puntual, la composición de estos fangos no cumple con la legislación vigente (Real Decreto 1310/1990), NILSA lo trata de forma individualizada para estabilizarlo y, posteriormente, lo destina a vertedero.

Es importante recordar que el proceso de depuración del agua residual no termina con que el agua quede limpia y sea devuelta al cauce, sino que también ha de tener en cuenta el tratamiento de los sólidos -fangos- resultantes de este proceso de limpieza. Actualmente, y más en concreto durante el año pasado, todos los lodos generados en las instalaciones de Navarra y que tuvieron una aplicación final agrícola, se quedaron en el territorio: es decir, no trasladamos fangos a otras comunidades autónomas para uso agrícola. 

En cualquier caso, no solo NILSA trata los fangos. Como empresa pública es la responsable del Plan Director de Saneamiento y, por ende, de todas sus instalaciones, pero existen dos mancomunidades (la de la Comarca de Pamplona y la de Montejurra), que operan las depuradoras de su ámbito. En el caso de la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona -a la que corresponden las depuradoras de Arazuri, Etxauri e Ibero, siendo la primera la que da servicio a toda la comarca de la capital navarra-, los lodos generados se someten a digestión anaerobia mesófila. Posteriormente, una parte se dedica al compostaje, mezclado con restos vegetales, y el resto se deshidrata y se aplica directamente en el campo. 

Por su parte, la Mancomunidad de Montejurra -a la que corresponden las depuradoras de Estella-Lizarra, Lerín, Allo-Dicastillo, Sesma, Los Arcos, Arróniz, Lodosa-Sartaguda, Mendavia, Valdega y Viana- deshidrata los fangos mecánicamente y los transporta al centro de tratamiento de Cárcar. Allí son sometidos a compostaje, junto con la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos. En el caso de los fangos producidos por las depuradoras de Lodosa y Mendavia, son trasladados hasta la depuradora de Tudela, donde se tratan conjuntamente con los producidos en la propia instalación. 

En cuanto a las instalaciones más pequeñas de depuración, las fosas sépticas, hay que decir que los fangos se trasladan a otras plantas mayores, donde son incorporados al resto de los producidos en ellas, tras haber retirado los elementos inertes (bastoncillos, compresas, pañales, toallitas, etc.) En Navarra, hay en la actualidad medio milar de fosas sépticas, por lo que es importante también este tipo de instalación, aunque su tamaño sea reducido. 

Finalmente, cabe lanzar un mensaje de concienciación, que no nos cansamos de repetir: todo termina en el medio ambiente, nada se disuelve o se evapora hasta desaparecer (como mucho y con suerte y cierto peligro, se transforma), por lo que es necesario minimizar los residuos que generamos. Y el agua residual también es un residuo que, separada el agua de la impureza, da como resultado el fango. Este fango no debería llevar nada que no fuera materia orgánica. Es decir, no debería llevar bastoncillos, compresas, pañales, preservativos, toallitas, colillas...

El WC no es una papelera y quisiéramos que de verdad la depuración comenzara contigo, tal y como repetimos como lema en todas nuestras campañas. Para ello hemos publicado unas breves pautas de buenas prácticas diarias en la sección de Educación. Creemos que, sin complicarnos la vida diaria, son gestos sencillos, fácilmente aplicables, que ayudarán a que las depuradoras funcionen mejor, se estropeen menos, cuesten menos -su mantenimiento lo pagamos entre todos los contribuyentes a través del recibo del agua-, y contribuyamos más a una economía sostenible y a un planeta más limpio, y sobre todo, más cívico. Es una cuestión financiera, medioambiental, de sostenibilidad y también, no hay que olvidarlo, de responsabilidad y civismo. Que los lodos sean solo lodos está en tu mano... Gracias por colaborar. 

Producción de fangos en 2015