2010: menos agua, más efectividad · Memorias NILSA

Nilsa.com

Imágenes tomadas en las instalaciones de NILSA y en ríos y localidades de toda Navarra.

DEPURAMOS MENOS AGUA porque fuimos más eficaces

Navarra trató un 5,33% menos de agua residual en 2010 gracias a mejoras en las depuradoras. Aún así, las instalaciones trataron el considerable volumen de 77,75 hectómetros cúbicos. 

La disminución respecto a 2009 se debe a una mejora en las redes de saneamiento municipales, para que no recojan agua de lluvia (principalmente en Bera y Alsasua), combinada con una menor pluviometría y una ligera reducción en el consumo de agua de la población.

Mantener y operar las 117 instalaciones de depuración que existen en Navarra tiene un coste medio de 15,49 euros por habitante censado. El gasto directo en 2010 fue de 9,87 millones de euros, con una reducción de casi el 3% respecto al año anterior. No obstante, la explotación de las plantas es el mayor gasto al que el Plan Director de Saneamiento debe hacer frente, ya que en el ámbito de las obras las inversiones han disminuido considerablemente. 

En este apartado se incluye la construcción de colectores a depuradoras ya existentes desde núcleos que antes no estaba conectados, como ha sido el caso de Oteiza, Aberin, Muniain, Morentin, a la depuradora de Estella; Alli, a la depuradora de Lekunberri, y los barrios de Baikolar y Zuntaipe en Alsasua. En 2010 también se culminaron las obras de Gorriti y se iniciaron las de Arraioz, Sunbilla y Valle de Lónguida (remodelación y ampliación de la depuradora para Aoiz, Aós y Ecay).

En cualquier caso, la depuración asegura que los cauces fluviales reciban al día 213 millones de litros libres de contaminación orgánica, con calidad suficiente para garantizar la vida piscícola y la conservación de los ecosistemas. Las depuradoras han eliminado de media en 2010 un 96,4% de la contaminación afluente y tratan una contaminación asimilable a 1,38 millones de habitantes, lo que supone más del doble de la población censada. Esto se debe a que las instalaciones también reciben agua sucia de otros orígenes –principalmente industrial– garantizando su resultado final y una calidad acorde con la normativa española y europea.